lunes, 28 de septiembre de 2009

ARMONIZADOR EVENTIDE H910

Cuando en 1974 Richard Factor, el fundador de Eventide, encargó al joven ingeniero Anthony Agnello que empezara a trabajar en el diseño de un procesador armónico, no tenía ni idea de que iban a crear un clásico: el Harmonizer H910. 
El producto original, con su teclado controlador conectado a una caja que alojaba los componentes, totalmente cableado a mano, consiguió de inmediato captar la atención de todo el mundo, como Jon Anderson, el cantante de Yes, que tuvo la oportunidad de probar el primer prototipo.
Apenas la tecnología empezó a posibilitar el uso de memorias digitales para el almacenamiento de audio, Eventide decidió que era el momento adecuado para empezar a trabajar en un armonizador. Su capacidad de desplazamiento de tono (+/-1 octava), retardo de hasta 112.5 ms, regeneración de realimentación, y otras muchas posibilidades, todo ello presentado en un equipo muy fácil de utilizar, y con un precio de 1600 dólares, hizo que el H910 se convirtiera de forma prácticamente instantánea en una codiciada posesión para todos los estudios de grabación, que siguieron utilizándolo durante muchos años. Muy pronto, los usuarios encontraron multitud de aplicaciones para él, desde la creación de arpegios regenerativos hasta la generación de exóticos efectos para procesar voces y todo tipo de sonidos. 


El primer comprador del H910 fué el Canal 5 de Nueva York, que lo utilizó de forma inmediata para ajustar el tono de la serie “I love Lucy”, que se había acelerado para permitir encajar un mayor número de anuncios durante su emisión. 
Los músicos también se entusiasmaron de forma inmediata con la versatilidad del armonizador. Frank Zappa se apresuró a incorporarlo a su rack de efectos. El productor Tony Visconti lo utilizó para procesar los memorables golpes de caja que aparecen en la canción “Young Americans” de David Bowie, y lo mismo hizo Tony Plant en el disco Back in Black de AC/DC. Por su parte, el mítico guitarrista Eddie Van Halen utilizó un par de unidades (cada una de ellas ajustadas, respectivamente, 18 centésimas arriba y 18 centésimas abajo, con un retardo de 12 ms en un lado) para configurar el sonido que se convirtió en su marca personal. El efecto de armonización doble se hizo tan popular, que Eventide lo recreó en el programa “Dual 910” incluido en el UltraHarmonizer H3000, que apareció doce años después.

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