El producto original, con su teclado controlador conectado a una caja que alojaba los componentes, totalmente cableado a mano, consiguió de inmediato captar la atención de todo el mundo, como Jon Anderson, el cantante de Yes, que tuvo la oportunidad de probar el primer prototipo.
Apenas la tecnología empezó a posibilitar el uso de memorias digitales para el almacenamiento de audio, Eventide decidió que era el momento adecuado para empezar a trabajar en un armonizador. Su capacidad de desplazamiento de tono (+/-1 octava), retardo de hasta 112.5 ms, regeneración de realimentación, y otras muchas posibilidades, todo ello presentado en un equipo muy fácil de utilizar, y con un precio de 1600 dólares, hizo que el H910 se convirtiera de forma prácticamente instantánea en una codiciada posesión para todos los estudios de grabación, que siguieron utilizándolo durante muchos años. Muy pronto, los usuarios encontraron multitud de aplicaciones para él, desde la creación de arpegios regenerativos hasta la generación de exóticos efectos para procesar voces y todo tipo de sonidos.
El primer comprador del H910 fué el Canal 5 de Nueva York, que lo utilizó de forma inmediata para ajustar el tono de la serie “I love Lucy”, que se había acelerado para permitir encajar un mayor número de anuncios durante su emisión.